El entrenador necesitaba un buen polvo.
Un día, cuando terminaron las clases, un estudiante se quedó con ella para continuar practicando y tratar de vencerla en una pelea de mano a mano, pero terminé ganándola o no. Porque la madura se frotó los pechos y luego se los mostró y le pidió que los frotara y los comiera porque ese era su premio.
Después de jugar un rato con sus pechos, el estudiante se quitó la polla y aprovechó la oportunidad para hacerlo con Cubano, después de jugar un poco con su maestra, la follé muy fuerte en esa colchoneta donde entrenan tantos días a la semana. .
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