Una Fiesta cornudo y la ardiente esposa

Una vez cornudo, siempre  santalatina

En 2001, cuando vivíamos en el interior de Goiás, en un pequeño pueblo a 150 kilómetros de santalatina, pero siempre fuimos allí buscando algo nuevo para darle vida a la relación. ¡En uno de estos viajes a Goiânia tuvimos suerte! Fuimos un viernes por la noche y mi esposa fue producida en el salón. Uñas para el cabello, maquillaje ligero, ducha anal y depilación perfecta. En el camino nos detuvimos en una estación de servicio para llenar el auto, eran aproximadamente las 6 de la tarde y el asistente no quitó los ojos de ella. Pero fue solo eso.

Él, un niño pequeño, debería tener unos 25 años y a ella no le gustan los niños grandes, está más apegado a las coronas desde los 35 años. Pero es un chico guapo y guapo … guapo y rústico.

Al llegar a Goiânia, fuimos a un famoso café donde hay hombres de guardia que desean aventuras. Siempre hay gente buena esperando que venga un cornudo con su esposa. Ella simpatizaba con una corona de 40 años. Papá hablará, ven, acordamos irnos. Fuimos al motel … y en el camino, ya estaban en el asiento trasero besándose. Mano aquí, mano allá ya daña un trato en ella en el mismo auto.

Llegamos al motel y él ya se estaba acostumbrando. Comenzaron a los 69 años, y cuando comió el palo, vimos que tenía un palo pequeño y grueso. Muy cariñoso, creo que para compensar el tamaño. Se jodieron sabroso! El chico era realmente bueno en la cama.

Aproximadamente a las 0 am, dejamos el motel, lo dejamos en el café y volvimos. Íbamos a un hotel y noté que no estaba satisfecha. Él nos dijo que nos fuéramos a casa, yo dije «vámonos, son solo 150 kilómetros» a las 3:00 estábamos en casa pero, como ya habíamos tomado algunos, tuve que ir despacio. En el camino de regreso, ella vestía un blanco muy corto sin bragas en un momento u otro. Puse mi mano entre sus piernas, el coño mojado ve que todavía estaba emocionada, pero la dejé rodar.

Cuando nos acercamos a la estación de servicio, ella dijo «paremos y quiero ir al baño», la estación estaba alrededor de las 24 horas. Nos detuvimos en el puesto, ¡estaba vacío! ¡Solo nuestro auto se detuvo! Bajó las escaleras y me dijo «ve al restaurante y cómpranos dos latas mientras voy al baño», fui al restaurante y ella fue al baño. La asistente estaba sentada en una silla en el área, ella lo pasó y dijo algo que no puedo escuchar.

Estuve viendo la televisión por un tiempo para tomar su tiempo para ir al baño. Cuando salí, fui al auto, esperé mucho tiempo … ¡y nada! Como me estaba tomando demasiado tiempo, decidí ir al baño de mujeres, ver qué le estaba pasando, podría haber estado enferma …

¡Qué mal que estaba haciendo bien y muy bien! Entré en el baño muy lentamente y la vi sentada en el inodoro con el vestido puesto y el empleado de la estación de servicio de pie frente a ella con la tórtola en la boca. ¡Ella succionó como una novilla destetada! El chico estaba gimiendo suavemente, cuando me vio que quería irse, ella lo sostuvo con ambas manos alrededor de su cintura, le sacó el palo de la boca y dijo «¡enfríe, relájese! ¡Le gusta ser cornudo! Me gusta verme follando con otro hombre.

Continuó chupando la polla del chico como dicen los santalatina, mi chico tenía una polla rústica y rústica. Grueso y de cabeza grande! ¡Se enrollaría y se lo metería en la boca, lamería las bolas hasta la cabeza y tragaría hasta la mitad! Era lo que cabía en su boca.

De repente se levanta del inodoro y le da la espalda a cuatro patas, con las manos en el inodoro, golpea la puerta y dice: «¡A la mierda!» ¡Quiero esta polla metida en mi coño! ¡A la mierda esta perra que comiste con tus ojos cuando vine aquí antes! Pegado y golpeado muy fuerte, ella masturbándose con el dedo vino como una perra! Le dije «¡A la mierda mi culo, a la mierda!» Dijo «¡Señora, nunca me follé un culo!».

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